Niños con peso al nacimiento superior al percentil 90 para su edad gestacional.

Etiología y signos

Además del tamaño genéticamente determinado, la causa principal de que un RN sea grande para su edad gestacional (GEG) es la diabetes mellitus materna. La macrosomía es el resultado directo de la exposición del feto a las concentraciones sanguíneas excesivas de glucosa e insulina durante la gestación. Cuanto peor sea el control de la diabetes materna durante el embarazo, mayor será la macrosomía fetal. El hijo de madre diabética suele ser grande, obeso y pletórico; a menudo, es lánguido y fláccido y se alimenta con dificultad.

Una causa no genética y rara de macrosomía es el síndrome de Beckwith-Wiedemann (que se caracteriza por macrosomía, onfalocele, macroglosia e hipoglucemia).

Complicaciones

Durante el parto. Debido al gran tamaño del RN, el parto vaginal suele ser difícil y puede ser traumático. Pueden producirse distocia de hombros, fracturas de clavícula o de los miembros y asfixia perinatal. Por tanto, siempre debe considerarse la práctica de una cesárea cuando se sospeche que el feto es GEG, sobre todo si las medidas de la pelvis de la madre no son adecuadas para un parto vaginal.

Hipoglucemia. Los hijos de madre diabética tienen grandes probabilidades de presentar hipoglucemia en la 1. o 2. h después del parto, debido a su estado de hiperinsulinismo y al cese repentino de la perfusión de glucosa procedente de la madre cuando se corta el cordón umbilical. Ello puede evitarse mediante un estricto control prenatal de la diabetes materna y mediante la administración profiláctica de una solución de glucosa al 10% por vía i.v. hasta que pueda establecerse un número de tomas suficiente. Durante el período de transición, es necesario controlar cuidadosamente la glucemia. Las tiras de glucosa-oxidasa se usan a menudo para detectar la presencia de hipoglucemia en los RN. Ante cualquier valor bajo dudoso, está indicado efectuar una comprobación analítica de la glucemia. (V. Problemas metabólicos del RN, más adelante.)

Hiperbilirrubinemia. Los hijos de madres diabéticas desarrollan a menudo una hiperbilirrubinemia debida a su intolerancia de la alimentación oral durante los primeros días de vida, lo que aumenta la circulación enterohepática de bilirrubina. La hiperbilirrubinemia puede deberse también al Hto alto de estos lactantes (otro problema añadido de los hijos de madres diabéticas). (V. también Problemas metabólicos en el RN, más adelante.)

Sufrimiento respiratorio. En los hijos de madres diabéticas, la maduración pulmonar y la producción de surfactante pueden retrasarse hasta etapas tardías de la gestación; por tanto, estos RN pueden desarrollar un SDR incluso aunque el parto se anticipe sólo unas pocas semanas. El cociente lecitina/esfingomielina y, sobre todo, la presencia de fosfatidilglicerol pueden determinarse en el líquido amniótico después de la amniocentesis, a fin de valorar la madurez pulmonar fetal y determinar así el momento óptimo para un nacimiento seguro. De hecho, sólo puede admitirse que los pulmones son maduros cuando se comprueba la presencia de fosfatidilglicerol.

TRAUMATISMOS OBSTÉTRICOS

Aunque las fuerzas desarrolladas durante la dilatación y el expulsivo pueden provocar lesiones físicas al RN (lo que resulta evidente, observando el moldeamiento de la cabeza que se produce en los partos de vértice), ni siquiera los moldeamientos intensos suelen causar problemas ni requieren tratamiento; al mismo tiempo, la incidencia de lesiones neonatales debidas a partos difíciles o traumáticos es cada vez menor. Los avances del diagnóstico prenatal y la monitorización durante el parto han ayudado a prevenir las lesiones neurológicas y de otros tipos. Además, la cesárea suele sustituir a los intentos de versión difíciles, las extracciones con ventosa o partos con fórceps medio o alto.

Se puede prever un parto traumático cuando la madre presenta diámetros pélvicos pequeños, cuando el feto parece GEG (como a menudo ocurre en el caso de hijos de madre diabética) o en caso de presentación de nalgas u otras presentaciones anormales, sobre todo en primíparas. En todos estos casos, deben controlarse tanto el parto como el estado del feto. Si se detecta sufrimiento fetal, la madre deberá colocarse en decúbito lateral y recibir O2. Si el sufrimiento fetal persiste, deberá practicarse una cesárea inmediata.

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