Las lesiones del
plexo braquial son consecuencia del estiramiento causado por la distocia de
hombros, extracción de nalgas o hiperabducción del cuello en las presentaciones
cefálicas. La lesión puede deberse a un simple estiramiento, a una hemorragia
en el interior del nervio, al desgarro del nervio o de la raíz o al
arrancamiento de las raíces con lesión concomitante de la médula cervical.
Pueden observarse lesiones traumáticas asociadas (p. ej., fracturas de la
clavícula o del húmero o sub-luxaciones del hombro o de la columna cervical).
Las lesiones del
plexo braquial superior (C5-6) afectan a los músculos que rodean al hombro y al
codo, mientras que las del plexo inferior (C7-8 y D1) afectan sobre todo a los
músculos de antebrazo y de la mano. El pronóstico dependerá de la localización
y el tipo de lesión de la raíz nerviosa.
La parálisis de
Erb es una lesión del plexo braquial superior que provoca aducción y
rotación interna del hombro con pronación del antebrazo; es frecuente la
parálisis homolateral del diafragma. El tratamiento consiste en la protección
del hombro para evitar los movimientos excesivos, inmovilizando el brazo a
través de la zona superior del abdomen y evitando las contracturas mediante
ejercicios pasivos en el arco de movimientos de las articulaciones afectadas,
realizados suavemente todos los días a partir de la primera semana de vida.
La parálisis de
Klumpke es una lesión del plexo braquial inferior que provoca parálisis de
la mano y la muñeca, a menudo asociada a un síndrome de Horner homolateral
(miosis, ptosis, anhidrosis facial). El único tratamiento indicado consiste en
la práctica de movimientos pasivos.
Ni la parálisis de
Erb ni la de Klumpke se asocian habitualmente a pérdidas de sensibilidad
demostrables (lo que sugiere un desgarro o arrancamiento). Estos cuadros suelen
mejorar con rapidez, aunque pueden persistir algunos déficit. Si pasados 3
meses sigue existiendo un déficit significativo, puede ser conveniente
practicar una RM para determinar la magnitud de la lesión del plexo, las raíces
y la médula cervical. En ocasiones, resultan útiles la exposición y la
reparación quirúrgicas.
Cuando la lesión
afecta a la totalidad del plexo braquial, la extremidad superior se encuentra
inmóvil y suele haber una pérdida de la sensibilidad. La presencia de signos
piramidales del mismo lado indica un traumatismo asociado de la médula espinal.
Debe hacerse una RM. El crecimiento de la extremidad afectada puede resultar
afectado y el pronóstico en cuanto a la recuperación es malo. El tratamiento
puede comprender una exploración neuroquirúrgica. La realización de ejercicios
pasivos del arco de movimientos puede prevenir las contracturas.
OTRAS LESIONES DE
LOS NERVIOS PERIFÉRICOS
Las lesiones de
otros nervios periféricos (p. ej., radial, ciático, obturador) son raras en el
RN y no suelen estar relacionadas con el parto. En general, son secundarias a
traumatismos locales (p. ej., inyección en el nervio ciático o en su vecindad,
necrosis grasa sobre el nervio radial). El tratamiento consiste en la
colocación en reposo de los músculos antagonistas de los paralizados hasta que
éstos se recuperen. Rara vez está indicada la exploración neuroquirúrgica del
nervio. La mayoría de las lesiones de los nervios periféricos se recuperan por
completo.
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