El flujo sanguíneo que se consigue
con el masaje cardíaco externo es precario para mantener la vulnerabilidad de
los órganos vitales (30% menor de lo normal). Por tanto se investigaron técnicas
y dispositivos que mejoran ese flujo sanguíneo. Aunque si bien es cierto que
muchos de ellos se experimentan en animales la mayoría de ellos no han
demostrado ventajas en el ser humano. Están aún en fases de experimentación.
Compresión
abdominal
Consiste en la compresión abdominal
a la altura del ombligo al mismo tiempo que se comprime el tórax.
Esta técnica demostró
experimentalmente aumento del flujo sanguíneo y de la presión de perfusión
coronaria comparado con el masaje cardiaco normal (con compresión torácica).
Aunque esta técnica tiene el
inconveniente de roturas hepática y esplénica con relativa frecuencia.
Compresión
torácica neumática intermitente (chaleco neumático)
Consigue flujos sanguíneos elevados
al dar masaje cardiaco normal.
Consiste en colocar un chaleco en el
tórax del paciente, ajustado como una faja, y se hincha y se deshincha
rítmicamente con frecuencia de hasta 100 por minuto comprimiendo toda la pared
torácica.
Se basa en la superioridad de la
bomba torácica como generadora del flujo cardiaco (aumento de la presión
torácica) frente a la bomba cardiaca.
Se han demostrado experiencias de
flujos sanguíneos y presión de perfusión coronaria y cerebral superiores a las
obtenidas en el masaje cardiaco convencional.
RCP
con ventilación – compresión simultánea (VCS)
Este sistema mejoraría el flujo
sanguíneo también por el mecanismo de la bomba torácica aunque estudios
clínicos no han demostrado el aumento de la supervivencia utilizando esta
técnica.
Consiste en hacer la ventilación y
compresión a la vez. Se mejora el flujo cerebral y coronario pero no se mejora
el flujo miocárdico.
Fuentes: // Apuntes RCP Avanzado de Basterio
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