INTRODUCCIÓN A LOS LENGUAJES ENFERMEROS
ESTANDARIZADOS
Los lenguajes enfermeros estandarizados
(LEE) surgen de la unificación de los términos empleados por las enfermeras
para identificar los juicios y cuidados prestados. Constituyen, por ello, un
elemento relevante para la práctica clínica, así como un marco de conocimientos
que diferencia a la disciplina enfermera de otras disciplinas. De entre todos
los lenguajes enfermeros desarrollados en la actualidad, la clasificación North
American Nursing Diagnosis Association (NANDA-I) y las clasificaciones Nursing Outcomes
Classification (NOC) y Nursing Interventions Classification (NIC) son las que
mayor difusión y aceptación han alcanzado entre los profesionales de enfermería
a nivel internacional. La combinación de estas tres terminologías constituye un
lenguaje enfermero estandarizado integral, capaz de dar respuesta a la
necesidad de determinar con precisión las respuestas de la persona, los
resultados esperados y las intervenciones de enfermería ante los procesos de
salud-enfermedad. Los lenguajes enfermeros estandarizados son herramientas que
facilitan el desarrollo de los planes de cuidados, siguiendo el método propio
de la enfermería, y los beneficios de su uso son ampliamente reconocidos,
destacando entre ellos que:
• Facilitan
la comunicación entre los profesionales.
• Normalizan
la recogida de información y documentación clínica.
• Permiten
la evaluación de los cuidados proporcionados.
• Facilitan
la incorporación de la terminología enfermera a los sistemas de información
clínica.
• Proporcionan
información útil para la gestión de los cuidados y el desarrollo de políticas
organizativas.
• Sirven
de base para la investigación en cuidados, el desarrollo del conocimiento
enfermero y la formación de pregrado y posgrado.
Asimismo, los lenguajes enfermeros
estandarizados tienen un papel relevante en la gestión del conocimiento y el
desarrollo de la práctica enfermera dentro de las diferentes especialidades,
permitiendo profundizar en el análisis de los fenómenos correspondientes a cada
una de ellas y precisando su denominación normalizada.
EL USO DE LOS LENGUAJES ENFERMEROS ESTANDARIZADOS EN EL PROCESO DE ENFERMERÍA
La aplicación del proceso científico a los cuidados de la enfermería, denominado proceso de atención de enfermería o proceso enfermero (PE) sitúa su origen en 1955, cuando Lydia E. Hall sugiere la necesidad de un proceso particular de la disciplina enfermera, que fuera sistemático y que permitiera tomar decisiones de manera eficaz. En 1973, la American Nursing Association (ANA) publicó los estándares del ejercicio de la enfermería, que describen cinco pasos del proceso, al incluir la fase de diagnóstico. Así, se conformó el proceso con sus cinco fases: valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación, tal y como se conoce hoy en día. El desarrollo y uso de los lenguajes enfermeros estandarizados está íntimamente unido al método enfermero, ya que éste permite el uso de los lenguajes de una manera científica, coherente y aplicable a la práctica clínica. Los lenguajes enfermeros estandarizados tienen un papel predominante en las fases de diagnóstico (NANDA), planificación (NIC) y evaluación (NOC). En la actualidad, el desarrollo de la investigación se centra en la validación e implementación de herramientas para la valoración basadas en los criterios de resultado NOC. Este aspecto se abordará más adelante.
DEFINICIÓN DE DIAGNÓSTICO ENFERMERO
Desde que, en 1953, la enfermera norteamericana Vera Fray utilizara por primera vez el término diagnóstico de enfermería, este concepto ha experimentado una intensa evolución que ha incorporado aspectos precisos sobre el fenómeno al que se refiere y también aspectos relacionados con la delimitación del ámbito competencial, tan necesario para el desarrollo y modernización de una disciplina como la enfermería. Distintas autoras como Gordon, Alfaro-Lefevre o Carpenito, entre otras, han desarrollado diferentes propuestas conceptuales que han llevado el concepto diagnóstico a un momento de máximo desarrollo. Una de las definiciones más conocidas y aceptadas en la actualidad es la propuesta por la North American Nursing Diagnosis Association, para la que el diagnóstico enfermero es: «un juicio clínico en relación con una respuesta humana a una afección de salud/proceso vital o vulnerabilidad para esa respuesta, de una persona, familia, grupo o comunidad» (Herdman&Kamitsuru, 2014). Es necesario recalcar la importancia que esta definición tiene en el contexto de este capítulo, puesto que la gestación y el parto son procesos vitales que dan lugar a diferentes respuestas, que han de ser identificadas y etiquetadas por la matrona, según los criterios del lenguaje enfermero empleado.
No obstante, el debate sobre qué es o qué no es el diagnóstico de enfermería es un debate recurrente, motivado por un intenso desarrollo de la disciplina y un marco competencial en expansión, que obligan a formular, evaluar y revaluar las bases teóricas de la profesión enfermera.
LOS PROBLEMAS INTERDEPENDIENTES O DE COLABORACIÓN
Dentro de este apartado, no puede ser pasado por alto un elemento fundamental asociado al diagnóstico enfermero: el problema interdependiente o de colaboración. Las profesionales de enfermería se encuentran en su práctica cotidiana con una amplia cantidad de situaciones, que incluyen tanto problemas que son del ámbito exclusivo del cuidado y, por lo tanto, definidos y abordados por las enfermeras, como situaciones que requieren de intervenciones multidisciplinares, en las que la enfermera tiene un rol y competencias definidas, dentro de un marco colaborativo de atención. Precisamente esa variabilidad en las situaciones a las que se enfrenta la enfermera hace que su juicio clínico no se circunscriba únicamente a diagnósticos de enfermería, sino que aborde otros problemas para cuya resolución requiere la intervención de otros profesionales, como médicos, psicólogos, fisioterapeutas, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, etc. Estos problemas son los denominados «problemas de colaboración». La comprensión de los cuidados de enfermería desde esta doble perspectiva es lo que L.J. Carpenito denominó modelo bifocal. Este modelo, creado en 1983, reconoce que, más allá de los diagnósticos enfermeros, existen estos problemas derivados de la situación fisiopatológica y tratamiento, factores personales, ambientales o de madurez, ante los cuales la enfermería tendrá diferentes funciones, que desarrollará en el contexto del equipo multidisciplinar.
LAS INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA
La intervención de enfermería se define como el «tratamiento basado en el conocimiento y juicio clínico, que es llevado a cabo por la enfermería, para mejorar los resultados del paciente». El primer enfoque sistemático para nombrar clases de intervenciones fue reportado por McCloskey y Bulechek. El desarrollo de la clasificación de intervenciones se llevó a cabo en la Universidad de Iowa. Esta primera clasificación de intervenciones se fundamenta en los resultados de la investigación y desde su inicio es traducida para su difusión a nivel internacional. Su desarrollo comenzó en 1987, pero la primera edición de esta clasificación no fue publicada hasta 1997, con una propuesta de 336 intervenciones. La clasificación de intervenciones NIC en su 6ª edición incluye un total de 554 intervenciones y más de 12.000 actividades, que se agrupan en 30 clases y 7 campos.
Fuente: © EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA Diploma de Especialización en Atención Hospitalaria para Matronas
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