Para que los cuidados del trabajo del parto sean completos debemos atender a las necesidades físicas y psicológicas. El objetivo de estos cuidados es conseguir que la experiencia del parto sea lo más satisfactoria y positiva para la mujer y la familia, ello mediante:
  1. Establecimiento de una relación óptima.
  2. Evaluación del grado de ansiedad y estimulación de la verbalización de sus ansiedades y temores.
  3. Evaluación de la efectividad de las destrezas y conductas:
    1. Refuerzo de las conductas positivas.
    2. Modificación de las conductas no deseables.
  4. Evaluación de la estimulación sensorial:
    1. Procurar que tenga intimidad.
    2. Uso de una voz suave con la paciente y no mantener una conversación con el resto del equipo sobre otros temas.
    3. Uso del contacto visual.
    4. Tocar y sujetar la mano de la paciente y dar masajes en el sacro (o enseñarle) en la sala de dilatación y siempre que el dolor se le refleje.
  5. Transmisión de una preocupación sincera sobre el bienestar de la madre y el hijo.
  6. Reconocimiento del deseo de independencia durante la fase inicial del parto y de su independencia en etapas más avanzadas del mismo.
  7. Facilitación del vínculo materno-infantil permitiendo a la madre que vea y toque al RN inmediatamente después del parto.
  8. Felicitarla por su comportamiento durante el parto.
Fisiología del parto.
Existen 2 características específicas del parto humano que lo diferencia del resto de los animales y que lo convierte en uno de los de mayor dificultad en su proceso, debido a:
  • Gran desarrollo alcanzado por el cerebro fetal que determina el tamaño de la cabeza.
  • Las características antropométricas de la pelvis materna que por estar permanentemente en bipedestación adquiere una forma de embudo (superior ancha / inferior estrecha).
Valoración de la actividad uterina.
Los elementos a valorar en las contracciones uterinas son:
  • Duración: tiempo transcurrido desde el inicio al final de la contracción.
  • Frecuencia: número de contracciones en un periodo de tiempo.
  • Intensidad: grado de contracción del útero o fuerza de contracción.
  • Tono base: presión intraamniótica (con el útero en reposo) entre las contracciones. A partir de la presión amniótica que se registra en ese momento, se iniciará el incremento propio de la contracción. Se mide en mmHg y los valores normales están entre 10-12 mmHg.
  • Incremento: aumento de la contracción.
  • Acmé: punto máximo de la contracción.
  • Decremento: disminución de la contracción.
  • Reposo.
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Las contracciones de parto aumentan en intensidad y frecuencia progresivamente y se presentan de forma rítmica. Se caracterizan por su regularidad dentro de un patrón de frecuencia. Los intervalos se acortan de forma gradual y su intensidad y duración aumentan.

La mayoría de las mujeres perciben las contracciones uterinas como dolorosas.
Existen distintos métodos para registrar las contracciones uterinas:
· Palpación abdominal.
· Registro tocográfico externo (monitorización).
· Registro tocográfico interno (sonda por vía vaginal hasta la cabeza del feto à precisa que el cuello uterino esté dilatado y la bolsa amniótica rota).
Al principio del parto las contracciones son poco intensas, con una frecuencia de unos 15min y una duración de unos 30seg, mientras que al final del periodo de dilatación son muy intensas, con una frecuencia de unos 2-3min y una duración de unos 50-60seg.
Las contracciones se producen de forma intermitente, lo que permite un descanso a la mujer y posibilita la normalización del aporte de sangre materna a los espacios intravellosos de la placenta, que están disminuidos durante la contracción con la consiguiente disminución de la irrigación fetal. Por esto, en el útero contracturado no existe descanso entre las contracciones y disminuye la oxigenación del feto à requiere cesárea inmediata.

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