La hemodiálisis es un proceso que elimina los desechos y los líquidos de la sangre.
Para "limpiar" la sangre ante todo hace falta poder acceder a ella. Para ello se utilizan dos medios, bien un acceso al sistema venoso periférico denominado fístula o bien un acceso al sistema venoso central mediante algún tipo de catéter artificial. En ambos casos se deben construir estos accesos pasando por una intervención quirúrgica.
La fístula arterio-venosa es uno de los sistemas de acceso a la sangre para realizar la hemodiálisis. Lo que se hace es unir una arteria y una vena para aumentar el volumen sanguíneo de la misma, requisito imprescindible para esta técnica.
Para un tratamiento de hemodiálisis se insertan dos agujas en una vena previamente arteriolizada mediante una fístula, de esta manera ya tenemos el acceso venoso, y la sangre es extraída por una bomba mecánica y a través de un sistema de tubos y de un filtro especial es limpiada para luego ser devuelta al cuerpo.
Durante una sesión de hemodiálisis, toda la sangre del cuerpo pasa varias veces a través del filtro o dializador. La mayoría de las personas necesitan dializarse tres veces a la semana. La mayor parte de los enfermos reciben tratamientos en el ciclo de lunes-miércoles-viernes o martes-jueves-sábado. La mayoría de las sesiones de hemodiálisis duran entre 3 y 4 horas.
0 comments:
Publicar un comentario