El sistema nervioso integra y regula
muchas actividades corporales, a veces en localizaciones distantes y otras
veces de forma más global. El sistema nervioso actúa en su totalidad con
rapidez y puede modular los efectos del sistema endocrino e inmunitario.
Incluye dos divisiones estructurales: el sistema nervioso central (SNC), integrado
por el encéfalo y la médula espinal y el sistema nervioso periférico integrado por
los sistemas somáticos, autónomos y entéricos.
El encéfalo tiene cuatro regiones: cerebro, diencéfalo, tallo encefálico y cerebelo.
Los hemisferios cerebrales contienen la mayor masa del tejido encefálico. Cada
hemisferio se subdivide en los lóbulos frontal, occipital, parietal y temporal.
El cerebro tiene una vasta red de
neuronas interconectadas. Estas células consisten en cuerpos celulares y sus
axones, fibras únicas largas que conducen los impulsos a otras partes del
sistema nervioso. El tejido cerebral puede ser gris o blanco y es a lo que se denomina:
sustancia gris y sustancia blanca. La sustancia gris es el acúmulo de cuerpos
neuronales y la sustancia blanca se forma con los axones neuronales recubiertos
de mielina.
En la parte profunda del cerebro se
encuentran cúmulos adicionales de sustancia gris, denominados ganglios basales
que participan en el movimiento y el tálamo y el hipotálamo que pertenecen al
diencéfalo con importantes funciones de regulación.
El tallo encefálico conecta la parte
superior del cerebro con la médula espinal y posee tres secciones: mesencéfalo,
protuberancia anular y bulbo raquídeo.
La conciencia depende de la
interacción entre los hemisferios cerebrales intactos y una estructura
importante en el diencéfalo y parte superior del tallo el sistema reticular activador.
El cerebelo se encuentra en la base
del cerebro, en su fosa posterior, coordina todos los movimientos y ayuda a
mantener el cuerpo vertical en el espacio.
La médula espinal es una masa
cilíndrica de tejido nervioso encerrada en la columna vertebral ósea, va desde
el bulbo raquídeo hasta la primera o segunda vértebras lumbares, contiene
importantes vías nerviosas motoras y sensoriales que entran y salen de ella a
través de las raíces nerviosas, los nervios raquídeos y los periféricos. Es además
mediadora de los reflejos tendinosos profundos.
Los elementos que componen el sistema
nervioso periférico son: sistema nervioso somático que incluye las fibras
sensitivas y motoras para la piel, músculo esquelético y articulaciones,
sistema nervioso autónomo que incluye fibras sensitivas y motoras para todos
los músculos lisos, músculo cardíaco y glándulas y el sistema nervioso entérico
que está constituido por los plexos y ganglios del tracto gastrointestinal que
regulan la secreción, absorción y motilidad intestinal.
Las principales exploraciones complementarias que se utilizan
en el sistema nervioso son: la
punción lumbar para el estudio del líquido cefalorraquídeo, los exámenes imagenológicos y los exámenes que
exploran la actividad eléctrica como son: los potenciales evocados, el electroencefalograma y la
electromiografía y estimulación eléctrica
de músculos y nervios periféricos.
No existe una secuencia aceptada unánimemente para
realizar la exploración física de este sistema, pero muchos comienzan con una
evaluación del estado psíquico, lo que si es importante seguir un orden lógico
y sistemático para evitar errores y omisiones graves.
Los principales contenidos a abordar
durante esta semana serán: síntomas y signos más frecuentes: atrofia,
hipotrofia, hipertrofia y pseudohipertrofia.
§
Alteraciones
de los reflejos osteotendinosos: arreflexia, hiporreflexia, hiperreflexia, clonus.
§
Alteraciones
del tono muscular: hipotonía, hipertonía y distonía.
§
Alteraciones
de la motilidad: parálisis, paresia e impotencia funcional.
Un interrogatorio, un examen físico
correcto y minucioso permitirán precisar las características de cada uno de los
motivos de consulta y orientarán la indicación de una serie de exámenes
complementarios, que ayudan al diagnóstico.
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