TAXIA: es
sinónimo de coordinación. Se define como la combinación de
contracciones de los músculos agonistas, antagonistas y sinérgicos
que tiene por objeto lograr movimientos voluntarios armónicos, coordinados
y mesurados. El centro más importante de la coordinación de
los actos en que intervienen los músculos es el cerebelo.
El término ataxia indica un
estado patológico de incoordinación de los actos motores, el cual se produce a
pesar de no existir alteraciones de la motilidad, ni de los músculos.
MECANISMO DE PRODUCCIÓN:
En la realización de un movimiento intervienen simultáneamente
varios grupos de músculos cuya acción es diversa, Estos músculos son:
1. Los esenciales para realizar el
movimiento y se llaman músculos agonistas.
2. Los que teniendo una acción opuesta a los
agonistas, se relajan de manera simultánea durante la contracción de estos,
para de esa forma no oponerse al movimiento que se realiza, se llaman, músculos
antagonistas.
3. Los que ayudan a los dos grupos
anteriores y por eso se llaman músculos
sinergistas.
4. Los encargados de fijar las articulaciones
vecinas a la región que se mueve, con el objeto de permitir el desplazamiento
de una parte de dicha región, que es lo que constituye el movimiento y que (por
esta acción fijadora de las articulaciones) se denominan músculos fijadores.
Es necesario que en el sistema nervioso exista un
mecanismo que coordine la realización de los movimientos. El estudio de la taxia es el
estudio de este sistema.
En el complejo mecanismo de la coordinación intervienen:
1. El cerebelo.
2. La corteza cerebral (sistemas piramidal y
extrapiramidal).
3. Las vías de la sensibilidad propioceptiva
consciente e inconsciente.
4. El laberinto y las vías vestibulares.
5. La visión.
6. Las múltiples y complejas conexiones
nerviosas entre estos centros que incluyen algunos núcleos del tallo cerebral, el
más importante de los cuales es el núcleo rojo.
TÉCNICAS DE EXPLORACIÓN
Las acciones coordinadoras del sistema nervioso central pueden
ser estáticas y dinámicas (locomotoras o cinéticas).
Exploración de la coordinación estática:
A. Maniobra
de Romberg simple.
1. Ordene al sujeto que se pare con los pies
juntos, que se mantenga en la actitud militar de “firme”. El médico a su lado,
estará atento para que el individuo no pierda el equilibrio y se caiga. Observe
si en esta posición él experimenta o no oscilaciones.
2. Indique ahora al sujeto que cierre los ojos.
Observe entonces, si conserva su posición de equilibrio o si por el contrario
su cuerpo oscila y tiene tendencia a caer. En este caso se dice que presenta el
signo de Romberg.
Este signo solo se puede
admitir como positivo cuando se produzca una pérdida real del equilibrio
durante la maniobra con la consiguiente separación de los pies, para mantenerlo.
Las oscilaciones del tronco, sin pérdida de equilibrio, no deben considerarse
como signo de Romberg, ya que es propio de muchas personas neuróticas.
B. Maniobra de Romberg sensibilizada.
Se realiza solo si la maniobra de Romberg simple es negativa, es
decir, si con ella no se obtuvo signo de Romberg.
1. Ordene al sujeto se pare con un pie
delante del otro y que trate de mantener el equilibrio. Puede ayudarse con los
brazos extendidos hacia los lados. También puede hacerse con una pierna elevada
hasta la altura de la rodilla de la otra, formando una especie de número
cuatro.
2. Luego, se le indica cerrar los ojos y
observe si se sigue manteniendo el equilibrio o si el cuerpo oscila y tiende a
caer. En estas condiciones es más difícil, incluso normalmente, mantener el
equilibrio. Tenga presente que los ancianos, y aun los sujetos que no llegan a
la tercera edad, les cuesta trabajo mantener el equilibrio, sobre todo con la
posición en forma de “4”, incluso con los ojos abiertos. No insista en realizar
la maniobra en esta última posición en dichos casos, ni en los enfermos por
otra causa, en los que no se sospeche o haya evidencia de alteraciones de la coordinación
estática.
Exploración de la coordinación dinámica:
Todas las siguientes pruebas se hacen primero con los ojos
abiertos y seguidamente, con los ojos cerrados, para evitar rectificación por
medio del sentido de la vista.
1. Prueba del dedo-dedo o dedo-pulgar: Consiste
en tocar la punta del pulgar con la punta de cada uno de los otros dedos
sucesiva y rápidamente, primero con una mano y después con la otra.
2. Prueba del índice-índice:
Se le pide a la persona que abra los brazos con los dedos índices
extendidos y que después los cierre delante, procurando que las puntas de los
dedos índices se toquen. Se realiza varias veces con los ojos abiertos y
después, con los ojos cerrados.
3. Prueba del índice-nariz:
Se le indica al sujeto que, partiendo de la posición inicial de
la maniobra anterior, toque la punta de su nariz, o el lóbulo de la oreja
contraria, con el extremo del índice de un brazo, regrese a la posición de
partida y ejecute lo mismo con el otro brazo, es decir, de forma alternante, lo
más rápido posible, primero mirando y después con los ojos cerrados.
4. Prueba del índice, de Bárány:
Esta prueba, llamada en realidad “desviación del índice” o “de
Bárány” se utiliza con el objetivo de explorar la existencia de desviación del
índice hacia el lado del laberinto alterado, pero puede aprovecharse como una
prueba más de coordinación dinámica.
5. Prueba del talón-rodilla:
Se realiza con el sujeto acostado en decúbito dorsal, nunca
de pie, se le invita a tocar, con el talón de un pie, la rodilla opuestas
realiza de forma alternante con las dos piernas y lo más rápido posible,
primeramente mirando y luego sin mirar.
6. Diadococinesia: Con
el sujeto sentado y la palma de ambas manos descansando sobre los muslos, se le
ordena que las manos roten simultáneamente para tocar los muslos con su cara
palmar alternando con su cara dorsal, lo más rápido posible, primero con los
ojos abiertos y después, cerrando los ojos.
Ello puede realizarse sin dificultad, si no existe alteración de
la coordinación dinámica. Si el sujeto tiene adiadococinesia,
pierde la coordinación simultánea, sobre todo cuando cierra los ojos, y se
observa que cuando una mano toca por su cara palmar, la otra lo hace por su
cara dorsal, o no tocan al mismo tiempo.
PRAXIA
Insistiremos en que es la capacidad de realizar más o menos,
automáticamente, ciertos movimientos sistemáticos habituales, para un fin
determinado, que se conocen con el nombre de actos psicomotores intencionales
o gestos.
Los transitivos son
aquellos que se ejecutan por medio, o con la intervención de objetos (peinarse,
abrocharse o desabrocharse la camisa, hacer el lazo del cordón del zapato, encender
un cigarrillo, cepillarse los dientes, etc.).
Los intransitivos son los
que no necesitan para su ejecución la intervención de ningún objeto, como el
saludo militar, hacer la señal de la cruz, el saludo al público desde un escenario.
EXPLORACIÓN
DE LA PRAXIA:
1. Actos transitivos.
Pídale a la persona que ejecute uno o varios de los actos que señalamos
anteriormente, u otros de la misma categoría, como beber un vaso de agua.
2. Actos intransitivos.
Dígale a la persona que realice actos intransitivos como los antes señalados, u
otros de la misma categoría, como demostrar enojo o sacar la lengua.
3. Actos imitativos: Pídale
al sujeto que imite los actos transitivos o intransitivos que usted realiza.
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