En cuestiones de salud, el calendario paga frecuentemente los platos rotos. Hay varias condiciones que se consideran “achaques de los años”, entre ellos, la reducción de los niveles de la testosterona en los hombres de edad adulta. Ahora, una nueva hipótesis plantea la posibilidad de que es el estado de salud en general el que genera la disminución de la hormona, y no la edad. De ser así, es necesario un replanteamiento de los tratamientos actuales con testosterona.
Si tus hijos o tus nietos te dicen que te estás convirtiendo en un “viejo gruñón” y tu mujer te pregunta constantemente por qué estás de mal humor, posiblemente haya una explicación para tu estado de ánimo, relacionada con los niveles de la hormona predominante en los hombres: la testosterona.
La testosterona es la hormona sexual más importante que tienen los hombres. Es la que promueve el desarrollo de los órganos reproductores masculinos y fomenta las erecciones y la conducta sexual. También causa características sexuales secundarias durante la pubertad, como el engrosamiento de la voz y el crecimiento del vello corporal y facial, y ayuda a mantener los músculos y los huesos.
A medida que los hombres envejecen, el nivel de esta hormona disminuye, lo que puede generar diversas consecuencias tanto físicas como psicológicas. A este proceso se le conoce como andropausia o menopausia masculina, que en cierta forma sería el equivalente a la menopausia en las mujeres.
A diferencia de lo que se creía hasta el momento, un nuevo estudio desarrollado por unos investigadores australianos encontró que la edad por sí sola no provoca un descenso en los niveles de la testosterona, sino que esto se relaciona con un estado de salud general en declive.
En otras palabras, luego de analizar a más de 300 hombres mayores de 40 años, los especialistas encontraron que la cantidad de testosterona en la sangre no se reducía en quienes tenían una salud óptima, lo que contradice a investigaciones anteriores que indicaban que la deficiencia de testosterona relacionada con la edad contribuía al deterioro de la salud, a la fatiga y a la pérdida del libido.
De ser así, la actual tendencia al tratamiento con testosterona sería errónea. Por eso, este estudio (cuyos resultados todavía son preliminares y deben ser revisados y aprobados por colegas de la comunidad científica), abre las puertas a una nueva línea de investigación en busca de soluciones más efectivas para este problema que hoy afecta a muchos hombres y les provoca síntomas como:
- Reducción del impulso y el deseo sexual
- Disfunción eréctil
- Reducción en el tamaño de los testículos.
- Agrandamiento de las glándulas mamarias (los pechos).
- Pérdida del vello del cuerpo.
- Disminución en los músculo y en la fuerza física.
- Mayor acumulación de grasa (en especial en el área de la cintura).
- Elevación del colesterol.
- Debilitamiento de los huesos (osteoporosis) y pérdida de energía.
- Alteraciones en el estado anímico (depresión, ansiedad y/o cambios de estados de ánimo).
- Problemas de concentración, memoria u otras funciones cognitivas.
De ser correctos los resultados del nuevo estudio, que fue presentado en junio en la reunión anual de la Endocrine Society (Sociedad de Endocrinología) en Boston, Estados Unidos, algunos de estos síntomas no serían provocados por un nivel de testosterona bajo, sino al revés: otros problemas de salud asociados con la edad harían que el nivel de esta hormona masculina disminuya.
¿Por qué es importante este dato? Porque muchos de los tratamientos actuales se basan en tomar suplementos de testosterona pero si ésta no es la que está causando el problema, entonces habrá que reformular los tratamientos para resolver los otros problemas que llegan con el pasar de los años, para recuperar la testosterona perdida.
Muchos hombres cometen el error de tomar testosterona por su propia cuenta, sin control médico especializado, pensando que así recuperarán su virilidad. No hay nada más lejano a la realidad: la denominada andropausia es una condición de salud que debe ser diagnosticada por un médico especialista, quien podrá indicarte el tratamiento adecuado.
Además, tomar testosterona sin supervisión médica puede tener efectos no deseados como crecimiento de la próstata, agrandamiento de los pechos, aparición de acné y apnea del sueño.
No te dejes convencer por publicidad que puede ser engañosa, ni sientas vergüenza de hablar sobre este tema con tu médico. Si hay algo que te preocupa al respecto, anímate y pide asesoramiento calificado. Así podrás tomar decisiones inteligentes para tu salud y podrás seguir sintiéndote “todo un hombre”.
FUENTE: //Vida y Salud
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