miércoles, 16 de mayo de 2012

Drogas auditivas: la nueva adicción


¿Drogas auditivas? Posiblemente te suene extraño, ya que las drogas suelen ser consumidas por medio de pastillas o inyecciones. Pero con el constante avance de la tecnología, se ha logrado crear sonidos que emulan las sensaciones que generan drogas como la cocaína o la marihuana.
Con solo tener una computadora, un reproductor de música o el mismo teléfono celular y usar unos audífonos, cualquier persona puede consumir este tipo de droga. En poco tiempo, las drogas auditivas se han convertido en una industria.
Un ejemplo es el software I-Doser que se ha comercializado muy bien en la red; un programa diseñado para incentivar en el cerebro ciertas sensaciones similares a las que producen las drogas, pero sin la necesidad de consumir pastillas o inyectarse. Según sus creadores I-Doser puede emular el efecto de una droga determinada.
Entre las drogas auditivas que pululan en internet se encuentran LSD, Heroína, Opio, Valium, Cocaina, Marihuana, Éxtasis y Oxym. Éstas funcionan por medio de ondas binaurales que básicamente son tonos con frecuencias diferentes en cada oído que obligan al cerebro a recalcular su frecuencia, creando una nueva frecuencia dentro del cerebro, una frecuencia que en realidad no existe fuera del cerebro.
El efecto fue descubierto en 1839 por Heinrich Wilhelm Dove. Ejemplo: oído izquierdo: 400 Hz, oído derecho: 410 Hz, el pulso binaural resultante será de 10 Hz,  permitiendonos modificar nuestras ondas cerebrales ya que ésta llega a una zona llamada mesolímbica, que controla las emociones y provoca estados como alegría, tristeza o relajación.  Cambiando las ondas cerebrales de una persona con ansiedad del estado beta al estado alfa, que es el estado de una mente relajada.
Por ejemplo, cuando nos encontramos en estado de alerta o concentrados en cualquier asunto, problema o situación nuestro cerebro emite ondas beta. Es la situación normal cuando estamos despiertos. Las ondas beta tienen una frecuencia de entre 10 y 40 Hz (oscilan entre 10 y 40 veces por segundo),  mejoran la concentración y la respuesta en situaciones que requieren atención. Como cuando vas a realizar un examen, una entrevista de trabajo, resolver problemas de lógica o manejar cualquier situación que precise un estado de alerta. Pero las ondas beta de gran amplitud están relacionadas con el miedo, el estrés y la angustia.
Las ondas alfa se encuentran en el rango de 8-12 Hz, comúnmente son detectadas durante periodos de relajación, con los ojos cerrados, pero todavía despierto. Estas ondas se atenúan al abrirse los ojos y con la somnolencia y el sueño. Se piensa que representan la actividad de la corteza visual en un estado de reposo.
Para varios expertos, los pulsos binaurales no pueden producir un estado alterado de conciencia. Científicos como Steven Novella, neurólogo de la universidad de Yale, han asegurado que no existe ninguna investigación que confirme que funcionen más allá del efecto placebo. Los investigadores de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón han manifestado su escepticismo sobre la base científica de I-Doser, citando un estudio científico con cuatro personas que demostraba que no existen pruebas que avalen la sincronización de ondas cerebrales.
Y aunque actualmente no se cuentan con bases científicas solidas, sin lugar a duda, la llegada de este tipo drogas auditivas abre un nuevo frente de estudio para la comunidad médica ya que podría traer grandes avances en el tratamiento de enfermedades neurológicas  y del comportamiento.

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