sábado, 8 de octubre de 2011

LA CELULA

Es la unidad biológica y funcional de los organismos vivos.
Constitutivamente, la célula presenta un considerable poliformismo acompañado por diferencias de tamaño, número y funciones.
Elementos que constituyen la célula: núcleo, membrana celular, citoplasma, ribosomas, lisosomas, mitocondrias, aparato de Golgi, microtúbulos, cilios y flagelos, centríolos, crentrósfera, y astrósfera.
Núcleo: de forma generalmente esférica, en algunas células ocupa una posición bastante fija cerca del centro y en otras se desplaza encontrándose en cualquier punto de la célula. Es un centro de control importante; contiene los factores hereditarios (genes) que fijan los rasgos característicos del organismo; y, directa o indirectamente, controla muchos aspectos de la actividad celular.
Está separado del citoplasma por una membrana de doble capa formada  por agregados lipoproteicos en la que hay poros que permiten el pasaje de diversas sustancias, entre ellas el ARN . El elemento que constituye esencialmente al núcleo es el ADN (ácido desoxirribonucleico) que se encuentra combinado con proteínas ácidas y proteínas básicas formando la cromatina (cromosomas), suspendidas en una substancia semilíquida llamada carioplasma.
El nucleolo, que es otro componente del núcleo, suele estar presente en número variable de uno a cuatro en la mayor parte de las células, y en una misma célula puede variar según las distintas etapas funcionales.
Membrana Celular: llamada también membrana plasmática o citoplasmática, representa el límite de la célula con el exterior y constituye un lugar activo  de intercambios selectivos entre el ambiente exterior y el citoplasma.
La membrana plasmática está compuesta por un doble estrato de lípidos y proteínas que, del exterior al interior, se hallan así dispuestas: un estrato o capa proteica, en contacto con el ambiente exterior, un estrato lipídico, y otro estrato proteico limitando con el citoplasma. Los dos estratos proteicos, de 25 Å (angström) de diámetro, son responsables de la elasticidad, resistencia e hidrofilia de la membrana plasmática. El estrato lípido, de 30 Å de diámetro, constituye el esqueleto principal.
En algunas células, la membrana plasmática presenta, en correspondencia a la propia superficie, una serie de modificaciones estructurales consideradas como estructuras especializadas de la porción libre o de la pared contigua en relación a los procesos fisiológicos de absorción, secreción, etc. 
Citoplasma: es el material situado dentro de la membrana plasmática y fuera del núcleo. Está formado por un sistema de túbulos, sáculos o vesículas denominado retículo endoplasmático.
Esta formación constituye un sistema canalicular continuo que se extiende por todo el citoplasma y se distingue en una forma granular (retículo endoplasmático rugoso) y una forma agranular (retículo endoplasmático liso) que está en relación a la presencia o ausencia de ribosomas sobre sus membranas.
En el citoplasma están contenidos distintas enzimas y numerosos orgánulos necesarios para la síntesis de las proteínas, útiles para la vida de la célula y para la economía del organismo. Estos orgánulos intracelulares son: ribosomas, aparato o complejo de Golgi, mitocondrias, lisosomas, ergastoplasma y microcuerpos.
Ribosomas: son corpúsculos granulares de forma esférica formados por ARN y proteína en la proporción 1:1. Pueden encontrarse libres en el citoplasma o adheridos a la superficie del retículo endoplasmático debido a que una vez sintetizados en el núcleo pasan al citoplasma.
Son la unidad fundamental que interviene en la síntesis de proteínas.
Lisosomas: son orgánulos esferoidales delimitados por una membrana de naturaleza lipoproteica que poseen enzimas líticas que a su vez digieren proteínas, carbohidratos, lípidos, etc. 
Sintetizados en estrecha correspondencia con los ribosomas libres emigran hacia el complejo de Golgi y se condensan en orgánulos revestidos de membranas lipoproteicas. En ellos se depositan las enzimas líticas en forma inactiva; dispuestas para ser utilizadas según las necesidades y exigencias de la célula. 
La acción de los lisosomas se desarrolla sobre materiales englobados por la célula por el mecanismo de la pinocitosis o de la fagocitosis. Sobre estos elementos actúan las enzimas líticas que digieren las sustancias extrañas dando origen  al llamado cuerpo residual.
Cuando un lisosoma está digiriendo una fracción celular toma el nombre de vacuola autofágica.
Mitocondrias: son corpúsculos generalmente ovoidales delimitados por dos membranas de naturaleza lipoproteica, una externa y otra concéntrica en el interior. La función primordial de las mitocondrias es la liberación de energía; transforman la energía potencial de los alimentos en energía biológicamente útil. 
Aparato de Golgi: se halla presente en casi todas las células, excepto en los espermatozoides maduros y los glóbulos rojos. Está conformado por haces paralelos de membranas sin gránulos que pueden estar distendidos en ciertas regiones formando pequeñas vesículas o vacuolas llenas de productos celulares. Puede estar situado cerca del núcleo y se cree que sirve como lugar de almacenamiento temporal para proteínas y otros compuestos sintetizados en el retículo endoplasmático.
Microtúbulos: son subunidades citoplásmicas cilíndricas huecas constituídas principalmente por una glucoproteína llamada tubulina. Tienen importancia en la conservación y control de la forma de la célula, y participan en los movimientos celulares. Los microtúbulos son también los componentes estructurales más importantes de cilios y flagelos.
Cilios y flagelos: son diferenciaciones particulares de la superficie celular que se encuentran sólo en algunos tipos de células de territorios epiteliares particulares (túbulos renales, árbol traqueobronquial, espermatozoide, etc). Dada su constitución, permiten un fácil mecanismo de movilidad y una funcionalidad particular capaz de promover movimientos libres de la superficie con la intención de expeler sustancias dañinas para la célula.
Centríolos, Centrósfera y Astrósfera: son formaciones citoplasmáticas que se ponen de manifiesto durante las fases de la división mitótica.
Los centríolos son corpúsculos muy pequeños y esféricos; constituyen un soporte importante de los cromosomas en la fase de la división celular: cada centríolo se encarga de la formación de un centríolo fijo, de manera que a cada generación celular le corresponda dos centríolos.
La centrósfera está formada por una zona de citoplasma más claro y homogéneo.
La astrósfera se observa sólo en las fases avanzadas de la división celular y es responsable de la formación de los filamentos del huso. 
Intercambio de materiales entre la célula y el medio ambiente: 
La membrana plasmática representa el límite de separación de la célula respecto del ambiente externo. 
Es una estructura funcional activa con mecanismos enzimáticos que desplazan moléculas específicas penetrando o saliendo de la célula contra un gradiente de concentración. 
Posee permeabilidad diferencial o selectiva que permite el paso de ciertas sustancias e impide el de otras.
La difusión es el término general para definir el movimiento de moléculas de una región de alta concentración a otra más baja, por efecto de la energía cinética de las moléculas. La diálisis es la difusión de partículas disueltas (soluto) a través de una membrana semipermeable, y la ósmosis es la difusión de moléculas de solvente (agua) a través de las mismas. 
En los líquidos de cualquier célula viva se encuentran sales, azúcares y otras sustancias en solución; el líquido tiene, pues, cierta presión osmótica.
Cuando la célula se sumerge en un líquido con la misma presión osmótica, no hay movimiento neto de moléculas de agua dentro ni fuera de la célula (la célula no se hincha ni se encoge), por lo que decimos que el líquido es isotónico o isosmótico respecto de la célula; normalmente el plasma sanguíneo y todos los líquidos del organismo son isotónicos pues contienen la misma concentración de sustancias disueltas que las células. 
Si la concentración de las sustancias disueltas en el líquido circundante es mayor que la existente dentro de la célula, el agua tiende a salir de la célula, por lo que ésta se contrae. Este líquido es hipertónico respecto de la célula.
Si el líquido tiene menos sustancias disueltas que la célula es hipotónico y el agua tiende a penetrar en la célula haciendo que se hinche. La pinocitosis y la fagocitosis representan otros tipos de transporte activo atribuidos a la membrana citoplasmática. Cuando la célula debe asumir gotas de líquido (pinocitosis) o partículas sólidas voluminosas (fagocitosis) interviene una serie de modificaciones características de la membrana citoplasmática, que tienden a englobar y transportar al interior del citoplasma las sustancias citadas. 
Ciclo celular:
Una célula nace cuando su célula parental se divide, sufre un ciclo de crecimiento y división y da origen a dos células hijas. La duplicación de todos los constituyentes de la célula, seguida de su división en dos células hijas, suele denominarse ciclo celular.
Cuando se inicia el proceso de división de la célula, el núcleo cambia de aspecto, desaparece la doble membrana y aparecen en el nucleoplasma estructuras filamentosas llamadas cromosomas. El ser humano posee veintitrés pares de cromosomas homólogos, de los cuales, 22 pares son autosomas (determinan caracteres somáticos) y la última pareja corresponde a los heterocromosomas o cromosomas sexuales: XX en la mujer y XY en el hombre.
La constitución química de los cromosomas es altamente importante, de ella depende la transmisión de los caracteres a la descendencia. Están constituídos fundamentalmente por una doble hélice de ácido nucleico asociada a proteínas que se condensan en determinados puntos produciendo la duplicación cuando la célula se divide.
Las células pueden dividirse por dos procedimientos: por bipartición (amitosis) o por mitosis. En ambos casos el resultado es idéntico: formación de dos células con el mismo número de cromosomas que la célula progenitora, con lo que se mantiene constante el número de cromosomas de la especie. Cada célula tiene un número 2n de cromosomas (dotación diploide), salvo las células reproductoras (óvulos y espermatozoides) que, tras experimentar el proceso de la reducción cromosómica (meiosis), tiene una dotación haploide, es decir, n cromosomas.
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