Es un órgano linfático, situado en la parte izquierda de la cavidad abdominal. En él se produce la continua destrucción de los glóbulos rojos; como órgano linfático está encargado de producir linfocitos que vierte a la sangre circulante y toma parte en los fenómenos necesarios para la síntesis de anticuerpos. A pesar de todas estas funciones, el bazo no es un órgano fundamental para la vida. Su forma es oval y con un peso de 150 gr, lo cual varía en situaciones patológicas. Macroscópicamente se caracteriza por la alternancia entre estructuras linfoides y vasculares, que forman respectivamente la pulpa blanca y la pulpa roja. La arteria esplénica entra en el órgano y se subdivide en arterias trabeculares, que penetran en la pulpa blanca como arterias centrales y una vez que salen de ella se dividen en la pulpa roja.
La pulpa blanca está formada por agregados linfocitarios formando corpúsculos, atravesados éstos por una arteria. La pulpa roja está formada por senos y cordones estructurados por células endoteliales y reticulares formando un sistema filtrante y depurador capacitado para secuestrar los cuerpos extraños de forma irregular y de cierta dimensión. En síntesis las funciones del bazo son múltiples: interviene en los mecanismos de defensa del organismo, forma linfocitos e indirectamente anticuerpos, destruye los glóbulos rojos envejecidos y cuando disminuye la actividad hemopoyética de la médula es capaz de reemprender rápidamente dicha actividad. Por otra parte como contiene gran cantidad de sangre, en estado de emergencia puede aumentar con su contracción la cantidad de sangre circulante, liberando toda aquella que contiene.

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